El Miedo termina cuando tu mente comprende que es ella la que crea el Miedo

El miedo es una de las emociones más importantes que tenemos, nos ayuda a sobrevivir y su principal función es protegernos.  A través de esta emoción desencadenamos mecanismos de defensa para continuar vivos, si bien, cuando este miedo se vuelve irracional y nace de la confusión de nuestra mente y de nuestros pensamientos desbordados sin sentido, se transforma en una emoción que nos incapacita para progresar, convirtiéndose en un gran muro que limita todo nuestro potencial.  “El miedo termina cuando tu mente comprende que es ella la que crea ese miedo” (Alejandro Jodorowsky)

Nuestro cerebro está diseñado para permanecer en la zona de confort (supervivencia)más vale malo conocido que bueno por conocer” por lo que, el cambio no es fácil.  Así que, nos preguntamos ¿Es malo permanecer en la zona de confort? pues lo siento, pero no existe una respuesta correcta, ya que la respuesta está en tu interior.  El cambio es necesario cuando de eso depende tu crecimiento como persona, cuando de ello depende que avances en tu vida, cuando de ello depende perseguir y luchar por tus sueños, cuando de ello depende que honres quién eres.  En definitiva, cuando sientes que lo que estás haciendo, como te comportas o la vida que llevas, te hace infeliz, se ha vuelto limitante, desadaptativa y no está conectada ni alineada con lo que eres en lo profundo de tu interior.

El miedo te utiliza a ti o tu utilizas el miedo.  Cualquier emoción que te produzca perturbación y un secuestro emocional se convierte en desadaptativa y el miedo no es una excepción.  En cambio, si aprovechas la emoción como una alerta para prestarte atención y escuchar que te está queriendo decir, podrás utilizarla para conectarte con tu equilibrio.  Lo sé, no es fácil, nadie dijo que lo fuera, pero vale la pena.  Es cierto que toda decisión tiene su cara y su cruz, y a veces es difícil escoger, por lo que, es muy importante que identifiques que lado de la moneda es más importante para ti y que te conecta y honra realmente con lo que tú eres.  En este punto es muy importante tu autoconocimiento y dejar a un lado la construcción social y egocéntrica que hemos ido desarrollando a lo largo de nuestra vida. Trata de apartar de tu mente, el qué dirán, lo que la sociedad dicta, o lo que tienes programado en tu mente tras años de escuchar lo que está bien y lo que no, lo que te conviene y lo que no, etc.  Para ello pregúntate ¿Qué quiero yo realmente? ¿Qué es importante realmente para mí? ¿Qué honra mis valores? ¿Qué me honra a mí como persona?

Es normal sentir cierto grado de incertidumbre y miedo ante nuevos desafíos y retos pero se convierte en alarmante cuando te paraliza o impide que avances y que persigas ese sueño que quieres realizar.

Tenemos que ser conscientes que en el momento que salimos de nuestra zona de confort (de lo conocido, de la seguridad) nuestro cerebro se activará para ponernos en alerta, esto es completamente normal y es uno de los motivos por lo que de una manera instintiva e inconsciente tratamos de permanecer en la llamada “zona de confort”, pero para progresar hemos de trasgredir esta situación.  De ti depende romper esta barrera para entrar en la llamada zona de aprendizaje y poder crecer, avanzar y alcanzar la zona mágica (convirtiendo tus sueños y propósitos en realidades)

Obviamente no es necesario lazarse desde un precipicio sin red, pero una vez analizada la situación, valorando los pros y los contras y sobre todo tener un buen autoconocimiento de uno mismo hay que dar un paso al frente y actuar.  Ello no quiere decir que vayamos a acertar siempre al 100%.  La incertidumbre continuará existiendo y formando parte de la vida.  Realmente forma parte de lo que es vivir.

¿Sabes cuantos intentos realizó Thomas Edison antes de inventar la bombilla?  No le salió a la primera, sino que realizó más de mil intentos, hasta el punto de que un discípulo suyo le preguntó el por qué persistía en construir una bombilla, si tras más de 1000 intentos no había conseguido más que fracasos, Edison, respondió: “No son fracasos, he conseguido saber 1000 formas de cómo no se debe hacer una bombilla”.

Sintetizando el miedo está en gran parte construido por tres factores:

  • La interpretación que realizamos de la situación
  • La anticipación que hacemos de las posibles consecuencias.
  • La valoración que hacemos de nosotros mismos a partir del resultado que hemos obtenido en el pasado o proyecciones que hacemos hacía el futuro.


Cómo Superar el Miedo

Claves que te pueden servir de orientación para que puedas identificar y empezar a gestionar aquellos miedos que te están limitando, impidiendo avanzar y progresar.

  • Identificar el miedo.
    En Primer lugar, hay que reconocer y admitir que tienes miedo.  Sabes que el miedo existe y admites que lo sientes. Es normal sentir incomodidad al reconocerlo, pero para poder cambiar una situación primero hay que reconocerla y ser consciente de que existe.  No hay nada malo en tener miedo, el miedo forma parte de todos nosotros, y es necesario que sea así.  Lo importante, es aprender a utilizar el miedo a tu favor y no en tu contra.
    En Segundo lugar, identifica a qué exactamente tienes miedo, esto te ayudará a tomar conciencia de tus pensamientos y hacia donde estas dirigiendo tu energía. Ponerle nombre y apellido al miedo, te permitirá conocerte mejor para poder gestionar esta situación desde la consciencia y la responsabilidad y te permitirá acceder a los recursos necesarios para hacerle frente.
  • Afrontarlo. A veces, la opción que se escoge ante el miedo es huir de la situación que provoca miedo, ya sea camuflando lo que no funciona en una relación, evitando tomar una decisión complicada, cambiar de trabajo, hablar en público etc. Pero al huir o tratar de evitar esa situación impides que puedas generar los recursos necesarios para superarla.  Si evitas una situación a la que temes enfrentarte, conseguirás que a corto plazo y momentáneamente puedas sentir un cierto alivio e incluso llegar a sentir una cierta sensación placentera, pero a la larga si “esconder la cabeza bajo la arenase convierte en tu recurso habitual nunca aprenderás a superarlo evitando el aprendizaje que te permitiría progresar.
    Haz una lista de tus miedos. ¿Cuáles son? ¿Cuál es el principal? ¿Qué intensidad tiene? ¿Dónde sientes el miedo? Al escribirlos y exteriorizarlos te permitirá tomar conciencia de lo que te está pasando realmente, te ayudará a poner foco y sacarlos a la luz y desde este lugar podrás empezar a gestionarlo.
  • Gestionarlo. Una vez identificados y habiéndolos mirado a la cara, el siguiente paso es aprender a gestionarlos: entender cómo se originan, en qué situaciones se producen, por qué se generan, qué haces cuando aparecen etc.  Analizar este tipo de situaciones te ayudará a entender por qué aparece el miedo y que función “positiva” tiene este comportamiento (a pesar de que este siendo desadaptativo o negativo «el comportamiento» está buscando algo “positivo”). El cerebro siempre, y repito, siempre, tiene una intención positiva en cada uno de los comportamientos y pensamientos que tienes (a pesar de que a veces las consecuencias sean nefastas para ti).  Al identificar el por qué aparece, puedes desmontar esa creencia para construir otra que sea adaptativa y positiva para ti.
    pregúntate.  ¿Qué es lo peor que puede pasar? , ¿Tienes miedo de probar algo nuevo? , ¿Qué pasaría realmente si lo hicieras?  Para combatir el miedo hay que “coger el toro por los cuernos, armarte de valentía y pasar a la acción (empezar a hacer cosas).  Las oportunidades que pierdes por sucumbir a tus temores son muchas.
  • Pasar a la Acción. La mejor manera de combatir el miedo es pasar a la acción, dar un paso al frente y probar cosas diferentes de las que has hecho hasta ese momento. Hay una frase maravillosa de Albert Einstein que lo resume muy bien y dice así “Locura es hacer siempre lo miso y esperar un resultado diferente”.  Cambia el miedo por una oportunidad de superarte, visualiza cada situación como una ocasión para actuar de un modo diferente y progresar en tu vida. Es la mejor manera de vencer ese miedo y experimentar sensaciones de logro, superación y satisfacción.  Casi todos los miedos están proyectados hacia el futuro (lo que pasará si hago esto o lo otro) o hacía el pasado (algo que hiciste con anterioridad y obtuviste un resultado no deseado).  Por lo que es primordial que te centres en el presente vivir el ahora y dejar el pasado y el futuro, un ratito, aparcado.

Comportamientos, pensamientos y actuaciones que potencian el desarrollo del Miedo.

Revisa los siguientes puntos y después de leerlos hazte las siguientes preguntas.   ¿Te sientes identificado en alguno de estos puntos? ¿Identificas que alguno de ellos te está limitando actualmente? En caso afirmativo, manos a la obra, es el momento de empezar a transformarlos.

  • Una búsqueda constante de reconocimiento. Es decir, dar excesiva importancia a lo que los demás opinan de ti puede llevarte a que evites exponerte a situaciones que impliquen la posibilidad de recibir críticas o valoraciones negativas.
  • La procrastinación o postergar las tareas está muy relacionado con el miedo a fracasar por lo que, pregúntate ¿Por qué estás posponiendo para mañana? Probablemente la respuesta la encontrarás detrás del miedo, evitando afrontar alguna situación, persona, relación o incluso algo contigo mismo/a.  Repasa todas las cosas que estas dejando de hacer y que realmente desearías o sabes que es necesario hacer.
  • No ajustar expectativas.  Colocar el listón demasiado alto imponiéndote la obligación de conseguir grandes éxitos, puede terminar generando una presión excesiva y hacer que olvides la importancia de los pequeños logros y avances (disfruta del camino) provocando que abandonemos antes de lograr lo que te has propuesto.  Hay objetivos o retos muy grande los cuales para poder alcanzarlos es necesario crear subobjetivos “la única manera de comerse un elefante es a trocitos”.  Es muy importante que establezcas metas realistas y alcanzables para que conectes con la sensación de competencia, logro y de avance hacia tus objetivos.
  • El Agradecimiento y Reconocimiento de los logros conseguidos.  Permítete el reconocimiento que mereces ya que te ayudará a incrementar tu conciencia en relación con lo que vas consiguiendo y por consiguiente te empoderarás y aumentarás tu motivación.
  • No te recrees en tus errores. Centrarse en la autocrítica y sentimientos de culpa de manera reiterada genera inseguridad con respecto a tu capacidad.  Focalizarse en lo negativo te agota, dificulta tu desempeño y condiciona la forma en la que afrontarás futuros proyectos.  No hay fracaso solo resultados e intentarlo ya de por sí, es un logro.  Sea cual sea el resultado, partirás de un resultado y desde ahí puedes construir una nueva opción o alternativa.  Considera el resultado (aunque no sea lo que tu esperabas o querías conseguir) como una oportunidad de aprendizaje, un proceso en el que puedes demostrarte tu capacidad para, después de tropezar, levantarte, aprender y seguir caminando.
  • No digas “no puedo, “esto no es lo mío” o “no lo voy a hacer bien”.  Tu dialogo interno puede ser uno de los mayores boicoteadores.  Piensa de forma realista y cree en tu capacidad, busca tus recursos y habilidades para afrontar las situaciones que se presentan.  Ten la seguridad de que en el proceso de intentarlo siempre hay una valiosa información y aprendizaje sobre la mejor manera de realizarlo.
  • Adivinar el futuro.  Hacer continuamente predicciones negativas sobre el futuro, muchas veces refleja una baja tolerancia a la incertidumbrePensamiento en blanco o negro, es decir ver las cosas en términos de polaridad: verdadero o falso, feliz o infeliz, mal o bien, etc. limita tus posibilidades y las opciones que pueden llegar a existir frente a una misma situación.  La vida está llena de grises, de matices de opciones, solamente tienes que buscarlos y darles la oportunidad de ponerlos en práctica.  Exageración.  Dar importancia desmesurada a los aspectos negativos (reales o no) que ocurren o a sus consecuencias.  Mientras focalizas tu atención en lo negativo no serás capaz de ver la parte positiva de la situación con lo que tienes muchos números de proyectar esta negatividad en lo que realices ya que estarás orientado/a hacia esta energía.  Etiquetar. Confundir la parte con el todo. Realizar una valoración estereotipada y simplificadora. Juzgar el resultado antes de haberlo ni si quiera intentado.
  • No te exijas un resultado perfecto.  Acaso ¿todo lo que sale bien es porque se ha llevado a cabo de manera perfecta? Ajustar el esfuerzo de un modo flexible y adaptativo es siempre la mejor estrategia.  El perfeccionismo y tener estándares demasiado elevados, con criterios rígidos, puede generar angustia y estrés.  Si te impones resultados perfectos, sentirás una sensación de insatisfacción crónica y no podrás valorar lo que hayas logrado porque tu atención estarás centrada en lo que no está bien, provocando que nunca estarás satisfecho/a con lo que realices.
  • La baja tolerancia a la frustración. La adecuada gestión emocional es imprescindible cuando las cosas no salen como esperas.  Es fundamental aceptar y gestionar las emociones menos agradables que aparecerán para que no te paralicen y puedas mantenerte en tu objetivo sin sucumbir ante las dificultades.

Profesional.  Si nada de esto funciona, hay que recurrir a un profesional que te ayude en el proceso de comprender por qué aparece el miedo y que te acompañe en tu empoderamiento personal para gestionar adecuadamente esta situación.

A continuación comparto contigo unos vídeos dónde, Personas con Historias Inspiradoras, nos muestran como traspasando el miedo, la zona de confort y siguiendo su corazón surge la Superación!

  • https://bit.ly/32BIGJK
  • https://bit.ly/39cpUK8